lunes, 6 de agosto de 2012

ACTITUD PARA EL SERVICIO

Periodista de Punto Fijo, Katty García



Cierto día en la empresa en la que trabajo, recibimos la visita de un importante representante del sector turismo a nivel nacional. Al igual que nosotros, estoy segura que muchos de los trabajadores y prestadores de servicio de otras empresas similares, dieron un sin fín de carreras para destacar las bondades de cada una de sus instalaciones. Pero a veces las intenciones de último minuto, difícilmente son las que cuentan, es necesario que exista “amor” y éste se refleje en lo se hace. 

Lejos de la cursilería, la palabra “amor” tan utilizada hoy en día, lo que significa, es que nuestras palabras han de ir a la par de nuestras acciones, que de nada sirve, profesarse como “servidor”, si en el plano físico no experimentamos ese real interés por el servicio. 

Muchos en ese entonces no recibimos buenas críticas sobre la calidad de servicio, pero sirvió de oportunidad para destapar las posibles debilidades que pudieran estar afectando nuestro éxito operativo y rentabilidad. Fue oportuno el momento para reflexionar acerca del sentido mecanicista con que, en muchas ocasiones, hacemos las cosas dejando de lado la dedicación y la pasión por realizar un buen trabajo. Permitió recordar que poco sirve hacer miles de cosas a la vez, sino no se está concentrado en la tarea de servicio que se realiza en el momento presente. Detectar en ocasiones que nos hacemos presas de la apatía y el desgano, o lo que es peor dejarse llevar por el agobio de situaciones personales que sin la mínima prudencia y decoro arrastramos hasta nuestros lugares de trabajo. 

Para muchos su rutina laboral en el puesto de trabajo puede representar una fuga o abstracción de la realidad que los aqueja en su hogar, las dificultades económicas o los llamados “problemas” familiares. Pero para otros pareciera una carga que le añade tensión al cúmulo de estrés emocional en el cual a diario se regodean y del cual difícilmente buscan desligarse.

De moda están las frases “eres lo que piensas”, “eres lo que crees”, “como es adentro es afuera”, entonces vale la pena reflexionar en cada una de ellas y pensar en conclusión que lo que ocurre en la mayoría de los casos es consecuencia de lo que atraemos o reflejamos, en términos coloquiales “se cosecha lo que se siembra”. Y los prestadores de servicio bien podríamos reparar en esto. 

Recuerdo que en mi anterior trabajo, tuve la oportunidad de conocer la historia de un cliente que desde que llegó a la empresa y hasta el momento en que salió de ella, todo fue queja, decepción y desilusión con relación a lo que esperaba del servicio. En aquella oportunidad le hice saber a uno de mis compañeros semejante historia y con extrema serenidad, él me dijo algo que sin duda me impactó y hoy sigue haciendo eco en mi cabeza: “Así será lo que lleva ese cliente que todo lo que le ocurre es malo”. 

Pero, está frase también salpica a quien presta el servicio, pues estamos hablando en este caso de la atracción, del reflejo de lo que llevamos dentro. Sin poner en duda aquella frase de que “el cliente siempre tiene la razón”, lo más importante para un prestador de servicio es reconocer que “el cliente es nuestra razón de ser”, porque sin ellos lógicamente no existirían las empresas prestadoras de servicio. Convendría trasladar entonces todas nuestras primeras frases “de moda” a cada uno de los integrantes de la masa laboral, del talento humano o plantel de trabajo de estas empresas, ante la necesidad de mantener un ambiente sano, armónico, donde cada miembro del equipo ejerza un decidido interés en desarrollar su trabajo con esmero, con amor. 

Podríamos concluir, entonces en la necesidad de que exista un trabajador enfocado cien por ciento en el momento presente, en la importancia que tiene su labor y desempeño dentro de la empresa. Un empleado que genere valor en lugar de restarlo, que busque soluciones en lugar de convertirse en parte del problema. Que entienda que su imagen y trato al público es parte esencial de la empresa que “vende” y representa, mantiene, sin duda, una positiva actitud de servicio, capaz de generar productividad y rentabilidad, las cuales al final redundan en beneficio no solo del cliente sino del propio trabajador y prestador de servicio.


Katty M. García C.
CNP.- 11.067

No hay comentarios:

Publicar un comentario